Como lo había profetizado en 100 años de soledad, Gabriel
García Márquez, el segundo novelista más grande en la historia de nuestras
letras moría un jueves santo en México, país al que había llegado buscando
nuevos horizontes en el cine o tal vez alejándose como mucha gente inteligente
de un país que nunca apoya a sus artistas y solo les arrebata su gloria y les
estampa una bandera cuando ya son grandes.
El colombiano es un hijo deputa, digámoslo en la cara, somos
un atado de oportunistas ignorantes a los que nos tienen divididos, hoy somos
un país partido en dos, lograron su cometido y nosotros las ovejas creemos
estar bien y creemos que tenemos la razón. Pero cometemos un gran pecado y este
es no estudiar, no conocer y tener la boca más grande que el cerebro.
Con la muerte de Gabriel García Márquez se acaba tal vez la
última generación de intelectuales de Colombia, él luchó y alcanzó la gloria en
las letras después de sus cuarenta años, edad en la que muchos de nosotros ya
ha tirado la toalla y se ha resignado a “vivir para respirar”. Su obra es
enorme y a pesar de lo que puedan creer los muchachos en las redes sociales,
muchos colombianos lo leímos y nos maravillamos con su obra 100 años de
soledad, cualquiera que la haya leído sabe que es una despliegue impresionante
de imaginación y de relatos que se tejen unos a otros de maneras que no
cualquier ser humano puede lograr.
Pero acá estamos nosotros, Colombianos, habitantes del
lupanar en donde ni siquiera eso nos sirve, en donde todo ser humano es
destrozado, vapuleado y arrastrado en su honor gracias a la ignorancia estúpida
de las nuevas generaciones. Acá nadie es bueno, es una guerra de egos
impresionante en donde nadie gana porque nadie tiene argumentos, al igual que
con cada personaje que muere, las redes se inundan de insultos, memes pendejos,
frases que huelen a mierda, porque las palabras pueden oler a mierda y un sinnúmero
coleccionable de basura binaria que lo único que hace es contaminar esta
tierra.
El colombiano tiene la costumbre de sobreponer la vida de un
hombre ante su obra, por eso cuando muera cualquier personaje, solo los medios “grandes”
tratan de exaltar su legado, mientras las nuevas generaciones sin conocimiento
de causa comienzan a despotricar del chisme, de lo que han escuchado por boca
de sus mismos amigos. Miren el caso de nuestra diputada que escribió –Pronto estarán
juntos en el infierno- refiriéndose a Fidel Castro y a Márquez por su amistad.
Lo mismo escribirán de ella cuando se muera, porque acá la mitad del pueblo
odia a Uribe y la otra mitad a Petro.
Y les voy a contar algo, porque parece que no se han dado
cuenta señores… lo que buscan los que nos dominan es precisamente eso, que
nosotros haciendo gala de nuestra ignorancia y de nuestra estupidez sigamos
divididos, polarizados, peleándonos unos a otros en constante necesidad mientras
allá en las casas de los rojos, los azules, los amarillos y los verdes, toman
whisky y se mean de la risa de ver lo que han logrado. Como diría un amigo…
pueblo ignorante.
Mientras tanto, enterremos al más pendejo de todos, al peor
Colombiano que ha tenido esta patria, sigamos hablando con odio y con
ignorancia de aquel que escribió las más grandes obras en la historia de este
planeta, que eso muchachos, eso nos hace más grandes!!!
LARGA VIDA AL LUPANAR!!!