En esta selva de
concreto, en este lupanar maloliente y desagradecido suceden cosas que se han
visto solo acá y en Patolandia. Por ejemplo, todos vimos en televisión nacional
a dos bandas de atracadores infraganti, robando, amenazando a las víctimas con
cuchillos, disparando un revolver contra la policía. También todos vimos como
con gran pompa el director de la policía salía en televisión anunciando su
captura y de igual manera vimos que al otro día fueron puestos en libertad. Mi
pregunta es ¿No es esto estúpido? ¿No es un acto imbécil de un juez de la
república teniendo el video y todas la pruebas soltarlos? No, porque en este
país la ley en un chiste, un chiste malo y vomitardo, este es un lupanar en
donde todos hacen lo que se les da la gana y no pasa absolutamente
nadaaaaaaaaaaaaaaaa.
Hablemos de la
pataleta de los taxistas, obviamente no todos son malos trabajadores, hay
taxistas muy amables, serviciales y que hacen las cosas bien. Para ellos mi
disculpa anticipada y no es por ellos que escribo esta crónica del lupanar,
lamentablemente hacen parte de un gremio ladrón, corrupto y violento en el cual
la mayoría de sus integrantes tienen prácticas deshonestas y cobardes, una
manzana daña a las demás.
Cuando el negocio de
la música se desplomó, nosotros los que estamos en él, tuvimos que adaptarnos,
muchos pelearon, famosa la pelea entre Metallica y Napster por la transferencia
de archivos de manera ilegal, pero por más que han luchado, peleado y llorado,
el tren de la tecnología no se detiene y entonces hay que subirse en él. En la
música tocó adaptarse, ser creativos y continuar de cualquier manera, haciendo
música e inventando nuevas formas de salir adelante.
Pero el taxista no es
creativo, pelean por todo, son como un ejército que incluso ha asesinado gente,
si alguien se mete con un taxista ahí le cae la camada de hampones a dar pata y
puño, porque “son muy unidos”, igualito a las barras de Millos y Santa Fe que
se dan en la jeta por “unidos”.
El taxista es
agresivo, el taxista es aburrido, el taxista coloca su Reguetón a todo volumen
sin importarle nada ni nadie, el taxista pregunta a donde va y si a él no le
sirve no lo sube, el taxista roba porque le sube a las tarifas, porque altera
el taxímetro, el taxista no es un buen elemento para la sociedad sencillamente
porque no le gusta lo que hace, es un esclavo más de este sistema social
mediocre en donde nada funciona, un esclavo más que se endeuda 30 años para
pagar una casa mediocre que vale más que un arriendo y que termina embargada si
no es por la hipoteca, es por no pagar el predial que es absurdamente caro.
Estos taxistas son los
que están enardecidos porque un emprendedor creo una aplicación llamada UBER,
que no solo le permite a cientos de desempleados de este miserable pedazo de
tierra tener un trabajo, sino que permite elegir y ejercer el derecho que
tenemos a no usar el servicio de un montón de cafres que insultan, que golpean,
que apuñalan, que roban, un derecho que como todos los de la constitución
nacional es de juguete ya que nadie los hace respetar porque acá no se tienen
mecanismos de defensa, esto es el viejo oeste americano, solo que en lugar de
caballos… hay taxis!!!
Uber es al taxi lo que
Napster o Itunes fue a la música, ya no para, ya eso no se acaba, un cupo de un
taxi está en 114 millones de pesos, con ese dinero compra la gente 3 o 4 carros
para hacerlos Uber. Eso seguirá así lo persigan, así lloren, griten pataleen.
Lo mejor hubiera sido
que no fueran tan salvajes, que fueran amables y así las personas tal vez
pensarían en seguir tomando el taxi, porque en este infierno el transporte público
es malo, los buses son malos, el transmilenio es malo, los taxis son malos,
andar a pie y en bicicleta es un peligro, entonces al parecer la mejor opción
es Uber, sí, es más caro, pero lo vale en el desespero de la inseguridad y el
mal servicio. Lástima, pero es cierto.
Amigo taxista… por
favor recapacite, si usted quiere respeto, derechos y trabajo, entregue lo
mismo, porque usted con esa actitud degenerada sigue contribuyendo con que esto
sea un lupanar.
Ahora, reúnanse todos
en sus carros amarillos en algún parque o glorieta, se bajan y miran al cielo,
colocan una mano en el corazón y con ritmo de alabaré todos juntos cantan al
unísono –El lupanar, el lupanar, el lupanar, el lupanar… es uuuuuuuuuuuuuuna
chimba el lupanar!!!-