LAS CRÓNICAS DEL LUPANAR

No se tapa el sol con las manos

EL DÍA EN QUE CODENSA ME IBA A MATAR (LITERALMENTE)


En el lupanar existen solo dos tipos de personas, los que la “montan” y los que se dejan. Eso es un hecho, esta es la sociedad del terror. Lo vemos en casos absurdos cada día en los noticieros y nadie se salva de esto, el problema es cuando los que la “montan” se “estrellan” contra alguien que no es un sometido como ellos piensan y esto generalmente termina en una muerte.

El hombre es un animal, un primate subdesarrollado que jura ser inteligente pero que en realidad es una de las especias más patéticas que caminan sobre esta tierra, somos simios que comemos con tenedor, y como buenos simios pues tenemos que defender el territorio, mear en él, abrazar a la novia cuando la saluda un amigo, insultar cuando vamos manejando, toda la hormona evaporándose en el aire, machos, hijos de la ñaña.

Un día me iban a matar, fue uno de esos empleados de CODENSA que se encarga de cortar la luz, como dice la publicidad “El Sayayin que corta la luz” (Bueno, el gas en el original), No fue la única vez. En esta vida a cada habitante del lupanar lo amenazan de muerte al menos 10 veces en la vida. Otro día el que me iba a matar era un ex amigo mío de hacía muchos años que lamentablemente se convirtió en drogadicto y ni modo, la droga le destruyó tanto que ya ni para pelear servía, lastima, había nacido en cuna de oro, buena familia, buena educación, pero es que la locura junto al bazuco acaban al que sea, al otro día de la pelea, llegó a mi casa a buscarme para quiñarme. Que perro, me duele eso. Pero volvamos al cuento.

Apenas pasaba el infarto, acababa de regresar a casa después de semejante experiencia tan brava y aun muerto del susto, uno de esos días, llegó un tipo de Codensa y dijo que debía cortar la luz de mi casa por falta de pago. Le expliqué que acababa de pasar por un infarto y que llevaba casi dos semanas en el hospital que por favor me diera los tres días que otorgan para poder pagar ya que yo una niña pequeña y era muy duro dejarla sin luz. La respuesta del enano fétido fue tan contundente que me dejó sin palabras –¡A mí su hija me importa un culo!-

Creo que estuve como un minuto en Shock y cuando reaccioné fue para echarme encima de semejante pedazo de mierda ambulante cuya existencia no le alcanzó para más que para hacerle daño a la gente con tan buena suerte que lo podía hacer legalmente, pero como decía al principio de este escrito, se estrelló, y esta vez contra un padre que es capaz de lo que sea cuando sus hijas se ven en peligro como supongo cualquier padre de esta tierra.

Para no hacerles el cuento largo, el perro aun en el piso hacía gala de su baja educación y ya sometido en vez de dejar de luchar, gritaba que iba a matar a mi hija, antes de dejarlo salir del edificio le hice saber que la próxima vez que nos viéramos uno de los dos terminaría muy mal.

Ahora… yo sé que esta historia puede sonar poco creíble, o que tal vez estoy haciendo gala de una fuerza y una violencia que no poseo. Por eso, lo que hice inmediatamente fue llamar a CODENSA a contar el episodio y a exigir que me dieran el nombre y la cedula de aquel sicario de la electricidad que habían enviado a mi casa, cosa que hicieron.

Oh sorpresa, al cabo de dos días una mujer elegante se presentó en mi puerta y se identificó como la abogada de CODENSA, habló conmigo y me hizo contarle de nuevo el episodio, y es por la respuesta de aquella abogada que escribo este post, porque otra vez raya la realidad de este pútrido lupanar con la “dimensión desconocida”.

La abogada me dijo que si yo quería colocar una denuncia lo podía hacer, pero que tuviera en cuenta que aquel hombre que había amenazado con matarme a mí y a mi hija sabía dónde vivía yo, en cambio yo no sabía dónde vivía él. Yo no sé cómo lo llamen ustedes pero para mí claramente fue una amenaza. Y miren, yo soy bravo pero no marica, así que le dije a la mujer que yo no iba a colocar un denuncio porque según lo que me acababa de decir me daba miedo que me hicieran algo a mi o a mi hija sin yo poder defenderme porque acá señores, la justicia y las leyes son libros pirateados que venden en el centro, pero que si llegaba a ver a aquel tipo cerca a mi casa o a mi familia tampoco iba a responder.

Para que vean que lo que digo es cierto, acá les coloco el escáner de la carta que me envió Codensa después diciendo que habíamos logrado un acuerdo (¿ah?), pero la verdad mis compatriotas lupanarenses es que Codensa me iba a matar, eso solo pasa acá en este glorioso lupanar y tal vez en Patolandia... o bueno, al coyote también.

(Borro los nombres en la carta por obvias razones) ¿Increíble no? OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH GLORIA INMARCESIBLEEEEEEEEEEEEEEEEE, OOOOOOOOOOOOOOOOOOOH JÚBILO INMORTALLLLLLLLLLLLLLL, EN SURCOS DE DOLORES, EL BIEN –TERMINA- YA, porque jamás germinó...