Los largos son aquellos que
siempre tienen millones, al menos en su imaginación. El término se lo escuché a
una persona que me reservo… “!Hoy estoy largo!” me pareció bastante cómico,
suena bien “!Estoy largo!” para referirse a que su bolsillo esta profundo, lleno
de dinero, una metáfora acertada. El problema es que generalmente los largos no
tienen dinero, viven una vida que no pueden pagar, generalmente es la clase
media y la clase media alta, que guarda las apariencias, cena en restaurantes
caros y compra ropa cara para aparentar porque es importante para ellos el que dirán,
viven endeudados, tengo muchos amigos así, largos!!!, de dientes para afuera,
cortos en su casa con su familia, El lupanar nos mantiene en constante
necesidad, esa es la forma de amaestrarnos, nos crea necesidades, el servicio
del agua es tan caro que cada uno con lo que paga al año podría crear su propio
pequeño acueducto, el gas, la luz, el celular, la TV, Internet, el transporte,
los arriendos, las casas para la venta, la ropa, la comida, los juguetes,
absolutamente todo está diseñado para que los largos sigan creyendo que son
largos, es el sistema del lupanar, así somos felices, compran un carro y suben
las fotos a Facebook, este es el único país del mundo donde Dios da carros,
casas, dinero, ¿si han visto en Facebook frases como “Feliz con las bendiciones
de mi Dios, ya tengo mi carro” y sale el personaje en la foto al lado del Spark
que tendrá que pagar durante 5 años.
Los anchos no pueden faltar,
aquellos que se engordan para caminar, en la estación de Transmilenio andan muy
despacio por toda la mitad, en el centro comercial, en el andén, si van en
familia o “gallada” mejor, se reparten el espacio con tal de que nadie pueda
pasar, se ve mucho en Chapinero por ejemplo, en la carrera 13 en donde el diámetro
de la acera es de 20 centímetros y ahí van los anchos, ocupando todo el maldito
espacio, mirando al cielo, creyendo que la calle es suya, creyendo que el
centro comercial es suyo, creyendo que el universo y todo el lupanar es suyo. Y
están los anchos viejos, los abuelos que creen que por ser abuelos pueden
entrar a donde sea y empujar, mirar mal, insultar, mucho falta en este lupanar
para que suelte el título, pero acá vamos colocando una a una las cosas a
cambiar, dejemos de ser tan largos… y tan anchos!!!