LAS CRÓNICAS DEL LUPANAR

No se tapa el sol con las manos

PAPI QUIERO UNA PISTOLA!!!




En menos de los que corre un mes he sido testigo en la esquina de mi casa de dos hechos de absoluta violencia y barbaridad, dos hechos que creo sería común verlos en la mitad de una guerra en su momento más extremo pero no en la ciudad donde vives y menos en la cuadra en donde vives con tu familia, con tus hijas pequeñas.

No crean que vivo en un barrio malo, para nada, vivo incluso en un gran barrio, en Teusaquillo, otrora orgullo Bogotano, de arquitectura Inglesa y casas grandes y bonitas, una localidad con mucha vida, un barrio en donde quedan teatros, universidades, centros comerciales, el Park Way, en resumen un lugar para caminar, para sentirse bien.

La capital del lupanar es Bogotá, mi ciudad, en la cual nací, amo Bogotá y a pesar de haber viajado y conocido 18 países (Incluyendo Suecia #porquenofuisueco) siempre volvía, siempre quería estar acá, como dice mi esposa “hacer vida”, !hacer vida!… que frase.

¿Se puede hacer vida en este lupanar? Yo vivo con miedo ahora, yo que agarraba un avión sin plata a donde este fuera, que salía por las calles hasta la madrugada solo o con amigos a beber, a caminar, que viajaba un día porque sí por tierra y que incluso si había que darse en la jeta pues uno se daba y si uno perdía pues perdió y ya. Listo… me ganó.

Pero hoy tengo que ver en el noticiero como un sicario entra fumando a una tienda de barrio y después de terminarse el cigarro mata a dos personas, ver cada día en los noticiero muertos, muertos, muertos y más muertos.

En menos de un mes he sido víctima de la violencia terrorífica del lupanar, mi cerebro está afectado porque ahora estoy seguro que debo armar un ejército o un grupo de defensa porque no confío en la policía, no confío en el ejército, no confío en la guerrilla, en la iglesia, no confío en nadie.

El primer caso fue horrible, estaba sentado en mi computadora cuando escuche un estruendo, después ruedas que patinaban en el asfalto, salí a la ventana y lo que alcancé a ver fue un cuerpo que se desprendía de un taxi a toda velocidad y se estrellaba contra un poste de luz a 20 metros de mi cara, después vi como el taxi una vez el hombre estaba en el piso dio reversa y le pasó por encima y salió a toda velocidad estrellando más carros en su huida.

Salí corriendo de mi casa para encontrarme con un hombre moribundo, un ojo salido, el cráneo abierto, la pierna como un clip, tratando con desespero de levantarse con la mirada ya ida. Cuando llamé a la ambulancia le dije que él iba a morir. Le pregunté al hombre un teléfono para llamar y solo alcanzó a decirme 317, paso mucho tiempo, cuando llegó la ambulancia aún estaba vivo. Murió después, me enteré por el noticiero, se llamaba Noé, lo estrellaron por detrás y para que no se le volara quien lo estrelló se colgó de la puerta y le pasó eso. Quien lo hizo era un niño de 22 años que acababa de llegar de Estados Unidos y que ya tenía un prontuario criminal.

Hace una noche (de escribir esto) Escuche alaridos aterradores en la esquina, una mujer gritaba por auxilio, cuando abrí mi ventana vi a dos personas atacándola, una mujer la tenía del cabello y un hombre le halaba el bolso, yo grité, y ellos corrieron pero el daño ya estaba hecho, a la mujer le quedo de recuerdo un cuchillo a su lado.

En los dos casos la policía llegó mucho después.

Portar armas es mi derecho y es deber del estado enseñar a usarlas para protegernos ya que nuestros defensores han sido incapaces, vivo aterrado, vivo en tratamientos con psicólogos y psiquiatras porque me da miedo salir incluso a la tienda, los noticieros no dan abasto de tanto crimen, todos o la mayoría hemos sido víctimas de violencia en Colombia y yo exijo mi derecho a portar armas para defenderme y defender a mi familia, porque si alguien viene a mí con la intención de hacerme daño y sabe a ciencia cierta que estoy desarmado e indefenso viene empoderado, con valor y gallardía a matarme, a robarme. Pero si aquel delincuente tiene que medirse y tal vez pensar en que esa persona a la que va a dañar esta armada, que su vida corre peligro, tal vez podemos bajar un poco los indicies de criminalidad.

Debe ser muy ingenuo el gobierno colombiano, por no decirles un insulto, para que piensen que los delincuentes compran sus armas en Indumil. Creo que eso es lo que piensan porque no encuentro otra forma de justificar porque nos dejan a los ciudadanos servidos en bandeja de plata a la delincuencia. ¿No dice la constitución que el estado debe garantizar la seguridad de las personas? ¿Lo hacen? Para nada, no se puede anticipar un delito porque la policía no tiene videntes, por lo tanto nuestra justicia debe ser preventiva y no castigadora, y si señor, una de las formas de prevenir es que el ciudadano tenga mecanismos efectivos de defensa sobretodo en un país de locos y asesinos como este.

Piénselo, la filosofía no ayuda, el humanismo no ayuda, la paz, la decencia, la educación no ayudan, sencillamente porque al delincuente poco le importa eso, el ya perdió la humanidad, esos sentimientos no viven en él, no existen, él solo piensa en su presa y su botín y eso señores hay que pararlo, en Colombia se ha hecho tan difícil vivir que muchos jóvenes se dedicaron a robar, porque lo que les interesa es la plata, el dinero y nada más.