LAS CRÓNICAS DEL LUPANAR

No se tapa el sol con las manos

SER PILO NO PAGA, LO QUE PAGA ES SER UN TORCIDO Y UN ASESINO… ADIOS LUPANAR


Venía en la parte de atrás de uno de esos taxis que en Bogotá cobran 300 mil pesos a los extranjeros pero esta vez me tocó un buen tipo.

Íbamos pasando junto al parque que bordea La Ele (La olla más brava de todo Colombia) y de repente su panorama normal, que es como un episodio de The Walking Dead con esa cantidad de muertos vivientes harapientos arrastrándose no buscando carne sino droga, se transformó un poco. Vi como a cinco de esto personajes colocar cara de asesinato y mirar a un punto fijo. Cuando giré mi cabeza para para mirar que pasaba, me di cuenta que habían apuntado su odio y su presa hacia un hombre de unos 50 años, cuerpo atlético, que venía en bicicleta, lo iban a robar… Ya con los puñales apretados se lanzaron como jauría contra él y el taxista que iba conmigo en acto heroico hizo un escudo con el carro y escoltó al ciclista hasta dos cuadras después. Es decir, después del batallón del ejército que queda junto a la Ele y de la estación de policía más grande de Bogotá a una cuadra también, que al parecer les vale “huevo” lo que pasa ahí o digámoslo de frente, les da miedo. Ellos son muy buenos haciendo retenes, pidiendo papeles en Transmilenio pero a la hora del pánico son muy pocos los que responden y esa es una de las principales causas de que este país esté tan deteriorado, la gente del lupanar, no cree, no quiere y no respeta a sus autoridades, las ven como payasos, como torcidos, como delincuentes peores que los delincuentes y les perdieron el miedo y el respeto. A eso se le suma cada vez más noticias de barbaries, falsos positivos, noticias en donde vemos como cualquier imbécil diciendo “usted no sabe quién soy yo” somete a tres de ellos pero después vemos un video de uno de ellos sometiendo a macana a una periodista de 22 años desarmada.

Es complicado, nadie hace nada.


Hace un tiempo, el gobierno nacional o mejor dicho, un pedazo de ese circo derecho-izquierdo que toca elegir porque no hay más convocó a todos los doctores colombianos en el exterior a que regresaran al país prometiéndoles el cielo u la tierra, lo peor de todo es que muchos lo creyeron y dejaron sus vidas de investigación en las universidades europeas o gringas y se devolvieron a esta finca inerte en donde a algunos les quitaron las cosas que traían en la aduana, no les cumplieron, perdieron sus empleos y se cegaron por ese amor absurdo que uno le tiene a esta patria desolada. Y ahí están muchos que no han podido salir de nuevo porque perdieron su vida por otra promesa falsa.

También está el programa ser pilo paga en donde le han dado formación de técnico a cientos de personas que ni la quieren o a algunos pocos que han tenido buenos puntajes en las pruebas de estado que no miden en realidad la situación del estudiante.

Seamos claros, la educación es el pilar más importante de cualquier país, un pueblo educado es un pueblo fértil en conocimiento y en producción, pero acá como si hasta la universidad pública es más cara que las privadas en algunos países de Europa como España o Dinamarca. Hacer una maestría en la Distrital o la Nacional sale más caro que ir a Zurich o a Hamburgo.



Es un estado fallido, acá ser pilo no paga, devolverse a trabajar por el país en esta época no paga. Miren, en el momento en que doy por terminado este proyecto “Las crónicas del lupanar” y que cierro este capítulo de quejas e infortunios, les aseguro que mi patria, Colombia vive un nuevo oscurantismo, estamos a merced de los asesinos, los torcidos, la mafia, los paracos, los corruptos y toda alimaña que quiere reproducirse en este hábitat perfecto para lo peor de la humanidad.

Amo Colombia, amo a mi patria, pero estoy odiando a mis compatriotas, me parte el alma.

Mientras los políticos han sido asesinos y militantes, mientras los guerrilleros estaban en Cuba veraneando en botes, mientras los asesinos duran detenidos 20 horas, las personas de bien son víctimas de su propia ciudad, de su propia gente. Eso no es un país, esto ya es un infierno en la tierra. Yo propongo para finalizar este proyecto que Colombia se llame de ahora en adelante “República del Infierno” hasta que esto cambie o se convierta en cenizas.

Agradezco a todo el que haya seguido las crónicas del lupanar, no son diatribas ni despojos de odio, son quejas, son gritos desesperados por querer volver a tener el país que alguna vez soñé. Mi patria nunca ha sido fácil, pero en mis años de vida nunca me había sentido tan desolado, con tanto miedo y odio al tiempo y sé que hablo por mucho que no lo hacen por miedo también o por no tener problemas.



Ya no hay nada más que perder, solo que ganar, este lupanar puede cambiar, requiere de mucha disciplina, esfuerzo, educación y mano dura. Esto puede ser lo que la gente “cree” que es, una patria feliz, llena de oportunidades, pero mientras esto no este poblado con gente decente seguirá siendo la letrina que es actualmente.

Espero que si en algunos años mis hijos o sus amigos leen esto, puedan decir “espero que sea una ficción” Colombia no es así, Bogotá no es así, esto es un paraíso… tu papá estaba loco. Y en ese momento así esté vivo o muerto, sabré que lo logramos. Y si no, igual no estaré acá para ver como cae en cenizas y fuego esta patria, como la sangre seguirá tiñendo el piso, como los niños crecerán para engendrar nuevos asesinos, nuevos traquetos, nuevas personas con la única meta puerca de hacer dinero.

Rezo por mi lupanar, rezo por mi patria… larga vida al lupanar!!!